sábado, junio 03, 2006

En blanco. Por Rafo León

En Blanco
Mensaje a la nación ante la gravedad del momento
Por Rafo León

POR PRIMERA VEZ en mi vida tengo que enfrentar la tortura de la página en blanco. Nunca antes me había ocurrido, y es que nunca había sentido la urgencia de opinar con firmeza, entereza y fiereza sobre las elecciones que mañana se llevarán a cabo, cruciales para el futuro del país. Ríos de tinta, de ondas sonoras y píxeles han corrido en las últimas semanas, para animarnos a votar por quien pudiera encarnar un salto hacia delante, pero prescindiendo de los modelos de poder a los que estamos acostumbrados, o para conminarnos a votar –sin margen de duda ni cuestionamiento- por quien pudiera encarnar un salto hacia delante, incluyendo los modelos de poder a los que estamos acostumbrados. Y así, veinticuatro horas antes de ir a enlutar con tinta indeleble mi dedo índice derecho, se despliega la página en blanco como un reclamo, el de ser tan responsable como la seriedad del momento lo exige, casi una estrofa más para el Himno Nacional.

RECARGA MATRIX
Lo siento, página en blanco, por más que lo intento no me sale el sentido de responsabilidad que me demandas. Para la próxima. Y es que vengo de pasar unos días en Lambayeque y necesito reseñar que esta pequeña ciudad mantienen la luz celeste y dorada que conocí cuando era niño y me dejó ligeramente ciego, pues se abre por las mañanas con el olor de la leña que viene de los fogones donde las señoras mueven manjarblanco para luego rellenar higos y naranjas, en la tierra donde Víctor Raúl tiene en ciertas casas altares para velarlo y en una de ellas –patio corto republicano sobre galerías subterráneas del siglo XVIII- se guarda un viejo saco del líder indoamericano para que su seguidores se lo pongan encima en un ritual de recarga que quizás Alan ya no practica por caduco (el ritual, no Alan).

NO SÉ NI ME INTERESA
Caminando por la calle 1 de Octubre, con la casa Cúneo a un lado y la casona Descalzi al otro –una señora de rasgos moches me acaba de regalar una guaba gigante- me doy cuenta de que la paz lambayecana incluye meandros de mototaxistas que no cesan de hacer sonar sus bocinas reggaetoneras compitiendo en meter bulla con un kiosco donde se canjean celulares por coreografías de Daddy Yankee y cuando uno pregunta –porque a estas alturas no hacerlo lo vuelve a uno impresentable- por el significado del mensaje Humala y su carácter sintomático, recibe, como me ocurrió a mí, una respuesta estridente y desmerecida, la que me dieron dos jovencitas que caminaban agarradas de la mano hacia la panadería donde se venden ocho empanadas de viento por un Sol: "¡No séééééééééé!".

HUMALA HIERBA MALA
Lo juro, página en blanco, hice el intento de mirar seriamente el porvenir para así regresar a Lima y llenar al lector con advertencias de Hécuba sobre las consecuencias de equivocarse mañana al llenar el voto. Hecho un Valle Riestra, culiparado y dedidocente, improvisé filípicas interiores en nombre de los derechos humanos y la democracia, pero fue en vano: una tortilla de raya en El Paraíso me hizo olvidar la magnitud de la circunstancia y caí una vez más en la molicie como un goliardo tercermundista. Lo lamento, no volverá a ocurrir, si es que en cuarenta y ocho horas la sed de venganza del perdedor no nos quita un país al que gobernar mediante procesos electorales. Pero créeme, me he interesado por la expansión del humalismo en Mórrope y hasta fui allí a averiguar cómo es posible que en el hábitat natural del Apra se esté extendiendo la hierba mala y, la verdad sea dicha, olvidé para qué había viajado hasta un pueblo moche donde los lunes se celebran las misas de difuntos y las mujeres del campo se acercan al templo, hieráticas, vestidas con tafetanes azules, las manos llenas de cartuchos silvestres y dalias rellenas de color del sol. Te reitero mis disculpas, página en blanco: si vuelve a pasar, que La Patria me pase la factura, o la boletita nomás.
Publicado en la sección Abrapalabra de la revista Somos (N° 1017), suplemento del diario El Comercio, en Lima, Perú, el sábado 3 de Junio de 2006.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De acuerdo. La china tudela opina mejor que rafo. A ver que alguien intente demostrar lo contrario?

junio 05, 2006 3:20 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Definitivamente la China Tudela tiene un ojo muchisimo mas agudo y lapidario... lo máximo...

marzo 17, 2007 2:11 p. m.  

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