domingo, mayo 07, 2006

Tiburones al ataque. Por Carlos Iván Degregori

Por eso estamos como estamos. Y por eso hasta el momento me alineo con el 20% que votará en blanco y viciará su voto, esperando y trabajando por el país.
"El tiburón cuando mata / tiñe en sangre sus aletas / pero Maki tiene guantes / para ocultar sus hazañas." Así decía una canción de la "Ópera de dos por medio". Será por eso que todos hablan de Humala pero pocos de los avezados tiburones que con guante de seda han regresado al Congreso de la mano de Keiko Sofía, que parece La Sirenita, pero es una señora siniestramente cómplice de las tropelías del mayor delincuente de nuestra historia reciente, testigo silenciosa de los maltratos de su madre. Ella llega junto con Santiago, tan parecido a su hermano, Chino, Chino, Chino, y una veintena de personajes curtidos en el encubrimiento y la arbitrariedad. Ingresan bailando de la mano, mientras Satomi, con el look de Memorias de una geisha, los bendice desde lejos haciendo el paso del avión y derramando lágrimas de tiburón con sus amigos de la ultraderecha nipona.
Regresan y nadie hace mucho ruido. Para algunos analistas, es que el fujimorismo fue solo un autoritarismo competitivo, dictadura apenas por 18 meses. No incorporan en sus análisis el envilecimiento en que el régimen sumió al país en esa década. Que pase Laura Bozzo, a ver si así despiertan del sueño.
Pero sospecho que muchos de los que persiguen a Humala, porque no pagó S/.40 en algún restaurante, dicen muy poco sobre los fujimoristas porque estos no cuestionan el manejo económico. Después de todo, en ese aspecto el toledismo fue en buena medida un fujimorismo sin Fujimori.
Por eso la deferencia, casi reverencia con que se ha tratado a Martha Chávez en muchos medios durante esta campaña. Lourdes fue a la boda de Keiko. ¿Nobleza obliga o amor a los chicharrones? García tampoco le hace ascos al "pueblo fujimorista" y, para ganárselo, ofrece mano dura y pena de muerte, que eran condimentos fuertes en la cocina del Chino. Que pregunte a los presidentes centroamericanos cómo les va con ese menú. Cuando la mano dura no funciona viene el puño de hierro y luego, imagino, el rayo de la muerte de Darth Vader, pero el problema continúa. Tampoco Humala toma suficiente distancia y dice que merecen respeto quienes fueron elegidos por el voto popular. Hitler también lo fue.
Cierto, Alianza por el Futuro ha sacado una votación respetable, acrecentada por la desilusión causada por el toledismo, su incapacidad para reemplazar el eficaz populismo mediático de Fujimori. Es cierto que hay que tener en cuenta las demandas y el estado de ánimo del "fujimorismo social", pero no a cambio de concesiones en el tema de la impunidad para Fujimori. Olvidar la "mano dura" donde más se necesita sería éticamente imperdonable, un posible suicidio político y una segura desgracia para el país.
Extraño. Nunca las relaciones entre Perú y Venezuela se entrelazaron de manera tan turbulenta desde los tiempos de Bolívar. Si Humala gana, lo hará, entre otras causas, por la arrogancia y la ceguera de nuestras élites, tan parecidas en ciertos aspectos a las venezolanas. Y no sé si con petróleo las nuestras lo hubieran hecho mejor. Allí están las rupturas del gasoducto y la reacción del MEF para sustentar mi escepticismo.
Si Humala pierde, aparte de sus errores, su derrota se habrá sellado en Caracas, gracias a los insólitos arrebatos del engreído venezolano, que este año no ha dejado de morder la mano que le da de comer, la de Bush, distraído con abastecedores más destemplados y peligrosos como Irán. La matonería de Chávez está hundiendo a Humala, a pesar de la reciente reunión en La Habana, donde, dicen los enterados, Fidel recibía a Chávez con un balde muy frío y le decía: échate agua m'hijo, cálmate, ajuíciate. Curtido en lides internacionales, el cubano moderaba a Chávez cuando se le subía la fiebre.
Funcionó el año pasado en las relaciones colombo-venezolanas, pero esta vez al patriarca se le ha notado en pleno invierno, demasiado necesitado de petróleo y esperanzado en una ALBA incierta, que le llega sin embargo cuando ya su crepúsculo se va volviendo noche. Y así, desde La Habana, Chávez ha seguido regalándole puntos a García.
Lo cual no le quita responsabilidad a Humala, que lo escogió como sponsor, y que arrastra un pasado y un presente que son como para no darse un chapuzón en las playas por las que merodea, por más soleadas que estén.
Primero fue el semanario Ollanta, fascista de brocha gorda, la otra cara de los panfletos de Sendero Luminoso. Después llegó Ollanta, el candidato, y su joven compañera. Otra cosa. Con más dificultades que Lourdes, lograron poner en sordina a la familia. Pero en esa olla que exhiben en sus manifestaciones se cocinan ingredientes muy diversos.
Por un lado, su promoción. Detrás de cada militar hay una promoción. Y en esta hay gente que trabajó con Montesinos y ahora pasa caleta. Por otro lado, está el mercado persa de congresistas y militantes, conglomerado aluvional semejante a los que conocemos en demasía después de tres lustros de outsiders. Por último, los asesores: algunos empresarios y un número creciente de izquierdistas, que se ubican en la comisión de plan de gobierno. Nadie sabe si con estos ingredientes saldrá un puchero novoandino o una pócima letal.
Hay que apostar, dicen algunos izquierdistas. La política siempre tiene algo de apuesta. Cierto, pero es diferente jugar la tinka que apostar -digamos- en una carrera de caballos o una pelea de box (sin mafiosos detrás del resultado). En este último caso, lo que los 'burreros' estudian para apostar es la línea de carrera. Y por allí la perspectiva se ve fatal.
Es el mismo pueblo que votó por la izquierda en la década de 1980 y luego se dispersó, dicen otros. Sí, pero el pueblo no es homogéneo y los tiempos cambian. Después del informe de la CVR y de la experiencia de Fujimori, sabemos que el pueblo también es capaz de actuar con gran violencia, de aceptar el autoritarismo o sentir nostalgia por el clientelismo.
Humala tendría que comenzar por deslindar tajantemente con Chávez... pero quién eres tú para venir a decirnos qué hacer, dirán con razón. Mas hay algo en lo que sí tenemos el derecho de opinar, porque se trata de posibles delitos de lesa humanidad, y me refiero a Madre Mía. Era solo capitán, dicen los blogs humalistas, mucho peores fueron algunos altos mandos como Giampietri. Posiblemente, pero la responsabilidad moral no es divisible. No es que haya una cantidad determinada de responsabilidad que pueda dividirse entre los participantes en un acto condenable. Tomemos el caso emblemático del Holocausto. No podemos exonerar de responsabilidad al ferroviario que conducía los trenes con judíos a Auschwitz simplemente porque había mucha gente implicada en el proceso que los llevaba a su muerte (los SS que los apresaban, los jefes de los campos de concentración, los operadores de las cámaras de gas). Cada uno, en su nivel, era cómplice y responsable por jugar un papel en esos hechos. Que el jefe máximo tuviera la mayor responsabilidad, está fuera de duda, pero su responsabilidad no disminuye la de los otros actores.
Cierto, esto no fue el Holocausto; no sabemos si Humala es culpable y en la otra plancha más de uno tiene techo de vidrio. Pero lo que le daría autoridad moral sería asumir su grado de responsabilidad y atreverse a emplazar a quienes fueron sus superiores a que asuman la suya. En esos años, el río Huallaga fue la mayor fosa común de nuestra historia. Y desde esa ubicación, emplazar a García y a Giampietri a que hagan lo mismo. Porque entre las recomendaciones de la CVR, que Humala ofrece cumplir, tanto o más importantes que las reparaciones son las reformas institucionales, en su caso la de las Fuerzas Armadas. Sería el mayor favor que podría hacerle a su candidatura, al país y a su institución.
A García ni pedírselo porque, ojalá me equivoque, ha adquirido el rigor mortis de quien será cínico hasta el fin de sus días. En el caso de Humala, a decir verdad, las posibilidades tienden también a cero, porque dirán que así no es la política. Y yo diré que por eso estamos como estamos, y que por eso hasta el momento me alineo con el 20% que votará en blanco o viciará su voto, esperando y trabajando porque el país supere la maldición de no tener una derecha liberal consecuente ni una izquierda democrática.

Publicado en el diario Perú 21 el 7 de mayo de 2006.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

De acuerdo. Yo también vicio mi voto.

mayo 08, 2006 9:31 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

DE ACUERODO YO TAMBIEN VOTARE VICIADO..PERO FORMEMOS DESDE YA UNA CADENA Y VIA INTERNET DE APOYO,PROMOCION AL VOTO VICIADO EN BLANCO,NULO O AUSENTISMO...

empezemos ya:escribanos a

vota_porti2006@hotmail.com

mayo 15, 2006 3:06 a. m.  

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